El foro, que se desarrolla en siete diálogos diversificados según disciplinas, arranca mañana a la 17:00 en el Museo Bellas Artes (avenida del Libertador 1473), su primera jornada pensando en el teatro y en la huella de la última década de la mano de Bartís, Kartun y Corina Fiorillo; en tanto que el viernes, a la misma hora, se propone debatir si efectivamente hay una plástica nueva, entre otras cuestiones a cargo de Daniel Santoro, Lux Linder y Roberto Jacoby.
Ese camino conquistado y explorado por la cultura argentina de la última década es el espíritu que transita así el foro coordinado por la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, cuya intención es «sintetizar algunas hipótesis de la actualidad de las artes plásticas, el cine, la literatura, la música y el teatro, así como ver qué pasó con el humor, el periodismo y la cultura joven en esta última década».
Así lo explica Matías Bruera, director nacional de Pensamiento Argentino y Latinoamericano de esa secretaría, quien asegura que «es obvio que no somos lo mismos que hace doce años y que la cultura tampoco lo es: no fuimos inmunes al cruce significativo entre cultura y política, a los derechos sociales y civiles ganados, a la participación ciudadana y la toma de posición con respecto a cuestiones vitales de la sociedad».
Esas «marcas insoslayables que se han inscripto en los entornos disciplinarios» se rastrean en cada ventana que deja abierta la cultura porque en definitiva, ella «no es sólo plausible de pensarla en relación a lo alto o lo bajo, lo popular o lo industrial sino también, como diría un apotegma de la cultura occidental, en tanto valores, que nunca son dados ni naturales; son trastocados recreados y van mutando según la época».
Aunque el foro deja «vacante la respuesta definitiva a estos grávidos interrogantes», sin embargo propone el sano ejercicio de repasar lo hecho desde la mirada de sus protagonistas. Y de esta manera, sostiene Bruera, «nos habremos acercado a dar cuenta de nuestra compleja identidad trasuntada por una década fervorosa en la cual la política ha recuperado una intensidad que en la cultura se creía perdida».