29 abril, 2024

ACTIVIDADES ESPECIALES

Este año se realizó por tercer año consecutivo el denominado Octubre Marrón, que consiste en una serie de actividades programadas con el propósito de los movimientos de identidad marrón del país, que es el de visibilizar el racismo estructural presente en Argentina y el resto de América.

En Buenos Aires se hace desde hace seis años, y tiene relación con el Día de la Diversidad Cultural que se conmemora el 12 de octubre.

En Jujuy, hace tres años se conformó el Colectivo Antirracista Identidad Marrón Xuxuy, con profesionales, en su mayoría artistas, para poner en debate este flagelo contra las personas marrones.

La idea es interpelar los lugares que históricamente les han sido asignados social y culturalmente a las personas indígenas-marrones, campesinas, rurales, prietas y migrantes.

Integran el movimiento en nuestra provincia, los actores Sara Pérez, Iván Santos Vega, Fabiola Vilte, Tania Quipildor, Gabriel Ortega y Nayra Cachambi.

Este año, el Octubre Marrón desde Jujuy, también incluyó la presentación en Buenos Aires (invitados por el Centro Cultural de la Cooperación), de dos obras teatrales, la proyección de una película, debate y finalmente la marcha por la emblemática Calle Corrientes, donde se encuentran los teatros más importantes del país. En nuestra ciudad se realizaron también un foro en la Universidad Nacional de Jujuy (Unju); una Peña Marrón, en El Galpón de los Sueños, espacio de Palpalá, donde hubo poesía y grupos musicales; virtualmente se desarrolló el ciclo de charlas “Martes Marrón”, donde se habló de “Diversidad, movimiento LGTB y antirracismo”, donde participaron entre otros integrantes del grupo Maricas Bolivia, de La Paz, compañeros de Arpías Salta, y compañeros jujeños.

Se hizo otro foro sobre “Teatralidades antirracistas”, en el que estuvieron artistas afro de Chaco y Córdoba; y Andrea Despo, actriz y docente de teatro mapuche.

Y el fin de semana último, cerrando la programación de este año, se hizo el Primer Ciclo de Cine Antirracista en el Espacio Incaa Mercosur.

Cabe mencionar que, en la primera edición del Octubre Marrón en Jujuy, se programaron dos jornadas en el Centro Cultural Culturarte, con charlas-debate y muestras de teatro.

El segundo año se hizo por primera vez, el Ciclo de Teatro Antirracista, que con el apoyo del Instituto Nacional de Teatro, se hizo en la Asociación Boliviana, en el Profesorado de Teatro y en el Galpón de los Sueños. Y fue durante todo el mes. También hubo la primera instancia virtual “Martes marrones”, coordinada por Nayra Cachambi, que consistió en reuniones con videos, lecturas antirracistas, etc. “Cerramos con un festival donde habían músicos, performers, etc., en el anfiteatro Las Lavanderas”, comentó Sara.

“Esta iniciativa, en Buenos Aires, se trabaja mucho con los museos nacionales que tienen otra apertura a diferencia de acá. Acá es más difícil”, comenta.

Sara cuenta que el “el movimiento de identidad marrón comienza en Buenos Aires, donde la mayoría son compañeros de Salta y Tucumán, que migraron para Buenos Aires por diferentes razones. Comenzaron en 2019, con la lucha por la despenalización del aborto, que se empezaron a pensar desde los feminismos, pero feminismos que no contemplaban a las mujeres racerizadas con otro contexto social y económico. Y también desde otras lógicas de un feminismo que viene a plantear algo que está bueno pero el lugar de la blanquitud, desde lo académico, de libros de cómo debe ser una feminista. Se llega a la conclusión de no todas sufren las mismas opresiones, que una persona blanca de clase media, o universitaria, profesional, etc.”

Nace en ese momento, y en medio de la pandemia se hizo fuerte en redes sociales. “Se empezó a hablar de racismo a través del arte y las representaciones actuales. De las representaciones que existen en la tele, la racialización del trabajo, etc.”

El movimiento habla de “racismo estructural”, porque está enraizado en el sistema, desde varias épocas, el determinar qué cuerpos valen más.

“Desde hace muchos años se armó la estructura de quienes van a ejercer el poder y validación en relación al fenotipo caucásico”, explica.

En Jujuy

El movimiento en Jujuy, nace a partir de historias que entrecruzan sus miembros, experiencias que les decían que no podían acceder a ciertos espacios del arte. “Son experiencias que lastiman y una va creando corazas para poder seguir”, expresa Sara.

“Lo primero para nosotros es ser orgullo de lo que somos, de nuestra piel y de nuestros rasgos, desde lo marrón y desde lo indio, para cambiar esta realidad”, comenta y aclara “no pensamos en una respuesta única porque el movimiento va a ir cambiando, es cíclico, y siempre se va a ir regenerando, entonces siempre van surgir nuevos pensamientos, nuevos sentires, que vamos a poner a debatir desde el respeto”.

“Queremos seguir haciendo este tipo de acciones, para seguir habitando espacios, desde el arte”, dice.

“Siento que se ha empezado a tomar en cuenta este tema del racismo, desde en las luchas sociales. Yo sé que cuesta hablar de racismo porque nadie quiere aceptar ciertos privilegios, incluso dentro de los mismos. No somos todas iguales, somos un movimiento heterogéneo”, comenta.

Y asegura que, en estos tres años, se ha empezado a nombrar mucho más, y cada uno empezó a reconocerse porque lo marrón no se desentiende de lo indígena, sino que es un puente y es una identidad política, más que una identidad de autopercepción, para denunciar el racismo por el fenotipo”.

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