26 julio, 2024
Lic. María Eugenia Montero


Hoy es el Día del profesional más dichoso si hablamos de vertiginosidad, de rutinas variadas, de experiencias diarias increíbles, de servicio, de esencialidad, de trabajo enriquecedor.
Hoy es el Día del Periodista, y los periodistas de todas partes, nos seguimos aferrando a este trabajo que para nosotros es «impagable», bellísimo, satisfactorio. Nos llena el corazón hablar, escribir, transmitir y que eso sirva.
Y nos seguimos aferrando porque por un lado, somos benditos por la gente, por la comunidad, por nuestros colegas, de donde llegan siempre el abrazo, la felicitación, el reconocimiento.
Pero pareciera que por siempre y para siempre, tenemos que permanecer en esta profesión, en este camino tan necesario, sólo por eso, porque por el otro lado de esta historia, somos de las profesiones más vapuleadas.
Fuimos esenciales en pandemia, y con toda razón, porque nuestra información era realmente necesaria, fundamental, pero nadie económicamente nos reconoció como esenciales. Salimos a la calle cuando no se podía, y nos daban permisos especiales para que fuéramos al foco del problema, pero ese fue el máximo reconocimiento.
Cubrimos las marchas y reclamos de todos nuestros pares en la sociedad, y nosotros casi nunca podemos parar para pedir lo que nos falta hace años.
Acompañamos e informamos las necesidades de todos los sectores, y somos su voz, y nunca pudimos sentirnos abrazados por las nuestras, ni de parte del estado, ni de parte de los sindicatos, y muchos menos del sector privado.
El periodista es halagado y respetado simbólicamente, porque si algo está claro, es que somos servicio, somos experiencia, somos conocedores, estudiosos, investigadores, opinamos y sacamos conclusiones, y “apuramos” muchos procesos
sociales que a veces necesitan empujoncitos.
La mayoría de la sociedad recurre a nosotros, nos buscan como apoyo. Hoy, y aunque sea sólo por hoy, día que se presta a pensarnos (porque mañana seguiremos hablando y ocupándonos de los demás), quisiera abrazar a todos mis colegas que trabajan en situaciones precarias (en negro, por dos pesos, por canjes, mendigando un auspicio, etc.), a todos los que cobran sueldos paupérrimos a pesar de sus excelencias y especialidades, a todos los que seguimos poniendo lo mejor de nuestras plumas y nuestra labia para bregar por una sociedad mejor, con buenas noticias, y que además reconozcan la labor de todos y cada uno de los actores sociales.
¡¡¡¡ Feliz Día del Periodista a todos los periodistas que seguimos aportando y eligiendo hacer este enorme servicio!!!!

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