26 abril, 2024

«El territorio del poder»

se presentó en la ciudad de Tilcara 

Por Lic. María Eugenia Montero

La trayectoria internacional no le impide comprometerse con contenidos y reflexiones que aspiran, y lo logran muy bien, a un hecho artístico impecable, pero también al aporte hacia una sociedad y un mundo que den marcha atrás en la naturalización de la crueldad humana.

Hablamos de Leonardo Sabaraglia, el actor argentino que interrumpe cada tanto su labor en películas y producciones en España (donde está trabajando casi exclusivamente este año), para volver y hacer un espectáculo que desde hace cuatro años atraviesa las plateas argentinas. Se trata de “El territorio del poder”, una propuesta que ideó junto al músico y compositor cordobés, Fernando Tarrés. Juntos lograron crear una producción que genera en cada oportunidad una experiencia diferente.

Este fin de semana, la suerte tocó a Tilcara, por gestión de Gonzalo Morales y su espacio cultural La Campana Teatral, que recibió este trabajo increíble que moviliza, apuesta  e invita al público a ser parte de una intensa puesta plena de imágenes, actuación, textos, sonidos, música, autores. Sbaraglia llegó el jueves a la Argentina desde España, y el sábado ya estuvo en Tilcara para cumplir con este compromiso junto a sus compañeros. En los días siguientes visitó a su familia en Buenos Aires, y a poco de llegar volvía a partir para seguir con las filmaciones en España.

Junto a ellos intervienen siempre por lo menos uno o más músicos en vivo. Es que Sabaraglia se ocupa de actuar textos especialmente seleccionados para hablar de lo que quieren; Tarrés con su guitarra y varios efectos sonoros acompaña ocupando un lugar excepcional en el escenario; y los músicos (en este caso, el que acompañó el sábado pasado las dos funciones en Tilcara) Damián Bolotín en violín, que son parte imprescindible en el clima generado en cada puesta.

El espectáculo suma además proyecciones audiovisuales en pantalla gigante, también editadas y trabajadas por Tarrés. Presenta varios cuadros, escenas diferentes, en los que el actor asume personajes como el científico-psiquiatra que inventó el electro shock, o el relator de fútbol que anunciaba a los argentinos que éramos campeones mundiales en 1978, un hombre que cuenta su experiencia en los campos de concentración; o un cronista en tiempos de la Roma de Julio César, por mencionar sólo una parte de sus transformaciones impecables sobre las tablas.

En todos se desentraña la capacidad de los seres humanos para ser crueles ante semejantes, con tanta intensidad y penetración en la platea, que pareciera quedar en nuestras mentes un mensaje de que es inevitable o inherente a la naturaleza humana….

Pero hacia el final, la canción de la lucha entre el Gallo Rojo y el Gallo Negro, y otros recursos profundos, aseguran que hay una esperanza, que tiene que ver con romper las estructuras y obviar las “órdenes”. Desobedecer para dejar de cumplir con reglas preestablecidas que generaron a lo largo de la historia de la humanidad, mucha opresión e injusticia.

 

¿Por qué eligen tocar este tema?

Conversando con el actor, explica que tratan este tema, “porque nos habíamos encontrado para hacer otras cosas sobre Rodolfo Walsh, no pudimos continuar con eso, y seguimos buscando nuevos textos qué hacer. En eso, nos encontramos con un sociólogo que se llama Juan Carlos Marín, que nos habían convocado en varios textos y había muchos que me habían conmovido como el de Cerlleti del electroshok, o el ‘La orden’. Fer (Fernando Tarrés) tenía muy fresco el tema del mundial 78 que es maravilloso, él puso una parte yo puse otra y en el hacer nos fuimos encontrando y así estamos”, dice refiriéndose al tiempo que lleva “El territorio del poder” en escena, y la necesidad de seguir haciéndolo en un momento en que se recrudece la situación social y política en el país y en el mundo, según cuenta.

“Alguien me preguntaba el otro día, si esto se puede transformar en un clásico, y la verdad que estaría bueno”, asegura Sbaraglia, en la paz de Tilcara, y en el tiempo que dedica a las preguntas de la prensa, a pesar de su cargada agenda.

El mensaje de la obra es duro y esperanzador a la vez, y le consulto sobre cómo ve a nuestro país en este sentido, y me contesta “no soy tan científico, pero creo que la Argentina es un país maravilloso, con todos los procesos terribles que vivimos, por gobernantes con gran egoísmo e inhumanidad con el resto de la población en su gran mayoría, pero tenemos una sociedad muy original, con gran capacidad de lucha, valentía y creatividad cultural”, concluyó.

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