Aprendiendo de ella la Igualdad Cultural
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Ocurrió lo mágico, Mercedes Sosa estuvo de visita nuevamente en Santa Catalina, con esa gente que la abrazó en el 2001, y le hizo vivir uno de los momentos más emotivos de su vida. Así se presentó el espectáculo “Traigo un pueblo en mi voz: celebrando a Mercedes Sosa” en la isla del Río Santa Catalina, en el mismo lugar donde ella cantó.
Bruno Arias al frente de un proyecto maravilloso, como fue homenajearla por aquel memorable concierto que aún resuena hoy en la memoria musical de Jujuy, contó con el apoyo del Ministerio de Cultura de la nación y de la Secretaría de Cultura de la provincia de Jujuy para hacer de este proyecto, un sueño cumplido.
Escribió ese proyecto con el profesor Francisco Chazarreta, y entonces dio vida a otra gran iniciativa cargada de sentimientos y contenidos de la América Profunda.
Con una cartelera nacional y local, todos sobre el escenario haciendo gala de la “Igualdad Cultural” que los trajo hasta los 4000 metros de altura de ese último pueblo argentino en el norte de nuestro territorio, se lució este homenaje que emocionó a los artistas y al público presente.
Todos tuvieron el mismo protagonismo, los mismos tiempos y se fueron presentando entre ellos y compartiendo el escenario y los dúos con gran belleza. Así abrió el escenario Nahuel Pennisi, que llegó para comenzar el espectáculo, después de una actuación de bienvenida de la Banda de Música de La Quiaca (que también musicalizó el acto protocolar en el que se izó la Bandera Nacional, y se descubrió la placa recordatoria con el nombre de Mercedes impuesto a este escenario natural que se levanta en la isla sobre el Río Santa Catalina.
El invitó a Marilina Mozzoni, una cordobesa de voz muy dulce; y la cadena siguió con caro escobar, Fava Kindgard, José Simón, Nando Díaz, Micaela Chauque, Bruno Arias, la Bruja Salguero, Peteco Carabajal, Laura Ros, Luna Monti y Juan Quinteros, Francesca Ancarola y Pedro Aznar. Uno más emocionado y profundamente conmovido que el otro, para interpretar este repertorio que eligió el director artístico, Popi Spatoco (quien había sido el pianista arreglador de Mercedes en sus últimos veinte años de camino), con temas que fueron y serán banderas de lucha que llevaba al frente siempre la homenajeada.
En el final, a través de una carta, el hijo de Mercedes Sosa, Fabián Matus, que no pudo estar presente, manifestó su agradecimiento a los artistas, a los productores, a los organismos, al público, y especialmente a Santa Catalina, que la había hecho sentir muy feliz a su “Mama” –como él le decía- en aquel 3 de marzo de 2001. Además expresó que “Cuando tenga la tierra” en Santa Catalina, fue quizás la interpretación más sentida y profunda, vivencial para su madre, en aquel entcones en que según lo dijo ella misma, se había reencontrado con su raza.
La idea fue tomar su posta en esto de decir lo que no puede el pueblo, cantar lo que le hace bien a la historia de los olvidados, y compartir, compartir, compartir, sin hacer diferencias entre músicos y públicos. Muchos eligieron seguir ese camino.
