28 marzo, 2024

«Hace mucho tiempo que

tenías ganas de ser Youtuber»

 

por Lic. María Eugenia Montero

“Desde el 13 de marzo cuando se anunció la cuarentena en Jujuy, yo personalmente me lo tomé con bastante disciplina porque vivo al lado de mi abuela, de 82 años. Nos adherimos al confinamiento con mi hijo muy ordenadamente”, comienza contando Gabriela Espinoza, actriz, docente y gestora cultural, integrante de la organización de Entepola (Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano) Jujuy Argentina, acerca de este tiempo que nos encuentra a todos aprenidendo a vivir de manera diferente. Es conocida en las redes como Gaviota Espinoza.

En una larga charla con Enlace Cultura Jujuy, cuenta cómo vive esta cuarentena y comparte sus reflexiones.

“A partir de ese momento comencé a hacer algo que hace mucho tenía ganas de hacer con mi hijo, que es ser ‘homeschooler’ (educación en el hogar). Pero para eso tenés que tener toda una estructura familiar que apoye la decisión. Recién lo pude hacer desde este año a partir de esta situación. Hasta ahora mi hijo está en el Colegio Martín Pescador, que me gusta porque es una escuela armónica, tiene filosofía que a él le gusta, etc. Así que dentro de lo que hay, lo elijo”, comenta sobre esta experiencia educativa en familia.

“Al margen de mis críticas a cualquier institución del sistema educativo, la llevamos. Tengo en mi casa un espacio bien iluminado, con una mesa amplia, una pizarra. Antes que nazca mi hijo, yo venía con esa idea en la cabeza”, continua.

Cuenta que invierte en capacitaciones de España para profundizar este tipo de enseñanza.

Por otro lado, continúa trabajando con el grupo de Improvisación que integra, Impro Juy.

“Nos encontramos una vez a la semana, vía streaming, y hacemos rondas de improvisación, y a su vez estamos conectados con Sergio Pari, nuestro maestro de impro, argentino residente en Perú”, cuenta y adelanta que pronto realizarán funciones online, con un propuesta de improvisación dramática que el grupo estrenó en el Entepola (Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano) del año pasado, y que se llamó “Improvisaciónes mínimas”.

Los encuentros con el grupo los hace por la plataforma Gipsymeet.

Además, Gabriela es miembro de la página Los Violinistas del Titanic, que congrega a muchos improvisadores de todo el mundo. “Estamos muy en contacto con otras compañías de improvisación vía internet y eso no favorece mucho”, asegura muy confiada y conforme con este tiempo que le está sirviendo para el aprendizaje y la experimentación.

Desde la Gestión Cultural, otra de sus profesiones, explica que es fanática de estudiar políticas culturales y todo lo referente a este campo. “Permanentemente estoy haciendo seminarios con la UNAM Universidad de México, y estoy contacto con gestores culturales de muchos países. Con todo eso, voy haciendo mis propias reflexiones”, dice.

En un momento de la charla, entiendo que al final la cuarentena le sirvió para profundizar en distintas aristas que ella ya venía trabajando, y me contesta: “Al confinamiento lo vivo con mucha paz y armonía, al margen de lo trágico, aun cuando durante muchos días tuve a mi abuela internada en el hospital. No tuve en ningún momento, angustia por no salir, necesitaba este tiempo de introspección”, asegura.

El valor del trabajo cultural

 

Por otra parte, la artista entiende que “sí es preocupante el campo cultural, porque si bien el presidente (de la Nación Alberto Fernández), valora mucho el trabajo de la cultura y el de los artistas, pero hay un doble discurso, porque se valora la cultura como un bien tangible y no tangible, que hoy está ayudando a sostener la salud emocional de la gente. Pero esta cultura está digitalizada, mediada por la tecnología, y perdemos la proximidad”, analiza.

“A la vez, en un futuro, tengo que pensar qué estrategias vamos a tener los artistas y gestores culturales para esta pos pandemia. El teatro y la cultura en general, en este contexto, lo miro con enfoque latinoamericano, como organizadora de un evento de este alcance (trabaja en la comisión organizadora de Entepola). Somos el eslabón más frágil de la cadena de producción. La cultura en tanto y en cuanto es un derecho, está muy vulnerada, en las condiciones de precarización acelerada que hoy vivimos”.

Gabriela segura que “muchos de los espacios artísticos, así como fueron los primeros en cerrarse, van a ser los últimos en abrir. Y por eso tenemos que ver como empezamos a regenerarnos. Y plantearnos los próximos desafíos, que tienen que ver con en qué condiciones vamos a producir pos pandemia”.

Ella se refiere a las nuevas formas de hacer, que son virtuales, como algo que no se va a ir, sino que se va a incorporar a las formas de producción escénicas. Por ejemplo, dice, “con el equipo de Impro estamos pensando en funciones en vivo”.

Y define que “como gestora tengo claro que el arte y la cultura forman parte de los derechos culturales”.

 

Valoración

 

“Celebro que hayan convocatorias, pero veo que sigue habiendo burocracia, que ahora se digitalizó. Siento que no hay una inmediatez de esos fondos concursables. Son interminables los formularios por ejemplo para los Fondos Desarrollar o para los Puntos de Cultura, que son convocatorias abiertas a nivel federal. Siento que se digitalizó la burocracia. No termina de allanarse el camino y la obtención de esos recursos”, concluye.

 

Para no quedarse en silencio

 

De todas maneras, “estamos produciendo contenidos por la necesidad de aportar a la cultura, yo personalmente, empecé a jugar con los videos, porque extraño actuar. Esto por un lado para desahogarme para que mi creatividad se vaya por algún canal”.

Gabriela Espinoza tiene su canal de Youtube , que era otro proyecto que tenía y estaba pendiente, y que sin dudas vio la luz en el marco de esta cuarentena.

“La pandemia me tiene que dejar algo positivo. Y la verdad que yo hace mucho tiempo que tenías ganas de ser Youtuber, pero no me animaba por mi edad. Y por otro lado estoy produciendo contenidos de libros. Yo colecciono libros álbum, y voy grabando la lectura de libros y cuentos para niños, adolescentes y adultos. Las listas  de reproducción son públicas, y contienen cuentos, canciones con manos, juegos de manos, videos de Tik Tok, etc.”, cuenta.

También hay otras listas privadas que son sus clases como docente para sus alumnos de la Escuela de Teatro “Tito Guerra”. Dice estar fascinada con las clases online.

En definitiva, esta pandemia “me está dejando min canal de Youtube más armado”, expresa.

Al final de todo concluye que van a quedar “nuevos protocolos para funcionarios, en cuanto al modo de relacionarse con el campo cultural, para artistas en cuanto a cómo nos vamos a unir porque es lo único que sirve para salir adelante, y para el público para ver cómo nos relacionaremos con ellos a futuro”.

 

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