25 abril, 2024

Se termina el mes de la Pachamama, entrevista con Delia Huerta

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«Si uno se identifica plenamente con esta

cultura, no te hacen falta tantas cosas

materiales, porque tu cultura te sostiene»

Lic. María Eugenia Montero

Está terminando el mes de agosto, mes que en Jujuy y en la región es dedicado a ofrendar y homenajear a la Pachamama Madre Tierra, y además un mes al que se respeta, porque el viejo dicho reza que “quien pasa agosto, vive un año más”.

Enlace Cultura acudió a la sabiduría de Delia Huerta( cantora, dcoente de quechua y cultura andina, e integrante el Instituto Quechua Jujuy Manta dedicado a la investigación y enseñanza de la Cosmogonía Andina), para hablar de cuestiones que tiene que ver con la tradición, las creencias, las prásticas, y el sentido de la ceremonia a la Pachamama, en el mes de agosto.

Según Antonio Paleari, en su Diccionario Mágico Jujeño, la definición de agosto es: “Mes perverso en Jujuy. La gente está apurada porque pase, los viejos se mueren, los novios se enojan, los chicos se enferman, el viento Norte acosa y dañinea. No sólo los viejos se van, cualquiera de repente, se muere sin que nadie lo espere… En agosto se sahuman las viviendas para que no se aposenten los demonios de la intolerancia”.

Pero Delia, en primera lugar define Pachamama. “’Pacha’ es espacio y tiempo, porque el cielo también es pacha”, dice en conversación con Enlace Cultura; “ y ‘mama’, es madre. La Madre Tierra entonces es espacio para sembrar, vivir, asentarnos; pero también espacio para la espiritualidad, es una energía. Nosotros queremos siempre estar conectados con ella. Y esa energía tiene que amalgamar con todo lo existente en la naturaleza. En el mundo andino, todo tiene vida. Ese día de la ofrenda, nos tenemos que conectar con ella, la Pachamama.

Y concluye dándonos una enseñanza sublime: “Pachamama es una energía que necesitamos para estar armónicos. Si uno se identifica plenamente con esta cultura, no te hacen falta tantas cosas materiales, porque tu cultura te sostiene”.

Aquí la charla con esta maestra de nuestra cultura.

 

 

¿Por qué agosto es el mes de la Pachamama, si igualmente la homenajeamos en cada festividad como el carnaval por ejemplo?

En el mundo andino, todos los meses tienen una actividad muy particular. Por ejemplo en quechua el mes de agosto es el mes de la tierra sin arar. Después viene el inicio en septiembre de la siembra. Eso ha cambiado bastante porque hoy en día se siembra mientras se pueda cosechar, se ha comercializado mucho la actividad agrícola, se ha maximizado la producción.

Pero culturalmente, sobre todo en tiempos precolombinos, este mes no se cultivaba la tierra, porque hay una energía muy especial que ronda en esta región, y es una energía diferente a la habitual, muy fuerte, y nuestros hermanos originarios, lo dedicaban entonces a ofrendar a la Madre Tierra. Esto viene a que ésta es una cultura de la tierra. Somos agricultores, ganaderos, y el hecho de tener un contacto tan íntimo con la tierra, nos hace saber que la Madre Tierra es una energía muy superior a nosotros mismos y a cualquier otra parte de la naturaleza.

Siendo consientes de esto, sabemos que es una energía que nos da la vida misma. Que sería si el Padre Sol y la Madre Tierra no estuvieran. No habría vida. Son nuestros elementos superiores y necesarios. Esos es lo que siempre entendieron nuestros antepasados.

 

Entonces, el sentido ecológico que está en auge en este momento de la historia de la humanidad siempre estuvo presente en la cultura andina, desde nuestros antepasados….

Claro, pero lo cuidaban al Padre Sol y a la Madre Tierra, como seres superlativos. Pero además están también otras energías que son menores que estos dos, y nosotros somos menores todavía. Por ejemplo los cerros sobre todo los que tienen oro y plata, tienen mucha energía, que van con la nuestra, en la medida que estemos en contacto armónico, como la Madre Agua, el Tata Huayra o Padre Viento, etc. nosotros somos parte de ello y por eso comprendemos que la Tierra es nuestra Madre, y le ofrendamos este mes. Pero la Madre Tierra no castiga, como se dice en algunos ámbitos. Por ahí, los habitantes habrán entendido eso, porque sí, hay que respetarla. Pero lo cierto es que con las energías siempre nos tenemos que llevar bien, y ¿cómo lo vamos a hacer?… respetando, saludando en los lugares nuevos, por supuesto íntimamente, pero hacerlo. Por eso nuestros abuelos tenían ese temor, porque ellos decían por ejemplo: “estamos desarreglados”, y se referían a estar desarmonizados. La armonía es todos los días, si pasamos al lado de un árbol saludarlo, si vemos un pájaro que se acerca, tratar de entender porque llegó hasta mí. La idea es estar en tranquilidad. En el mundo andino, es todos los días leer los mensajes de la naturaleza, preguntarse ¿por qué amaneció de tal manera o de otra?, ¿por qué el hornerito habrá hecho su casa mirando para un lado y no para el otro? El hombre de campo lo sigue haciendo, nosotros en la ciudad, hemos perdido un poco esa atención.  En el campo se hace la ceremonia con mucha espiritualidad.

 

De un tiempo a esta parte, la ceremonia de la Pachamama se ha hecho más popular, participa más gente, a veces participamos personas que no sabemos tanto de qué se trata –aunque lo hagamos con respeto ¿Hasta qué punto está bien hacerla en instituciones o públicamente?

Está bien porque es una forma de tomar conciencia de que esta cultura es nuestra. Vamos reaprendiendo. Por ahí a mí hay algunas cosas que no me gustan en ceremonias en las que participo, y suelo consultarle a mis padres, de cómo se hacía. Si en el trabajo, un jefe lo hace, me parece bien porque es una forma de socializar, de dar participación, y después podemos hacerlo solos en nuestra casa.

 

¿Qué hay que tener en cuenta para esta ofrenda? ¿qué le tenemos que ofrecer cada uno a la Madre Tierra?

Muchas cosas, como ver cómo cae la coquita, poner el corazón, elegir el elemento que vamos a dar. No es necesaria tanta bebida.  La ofrenda puede ser muy diversa, y la mejor forma es dar de corazón. Respetando cada uno cómo lo hace. Si hay gente que para esta ceremonia hace abundante comida regional elaborada, es porque se lo transmitieron sus abuelos, pero lo importante es que no se pierda la esencia, el por qué lo hago, la intención que tengo, que no vaya a pedir una mejor situación económica, porque eso no da la Madre Tierra. Más bien hay que decirle que la vamos a cuidar, y que nos vamos a cuidar, que nos comprometemos a no contaminar tanto, que la consideramos una compañera. Y que ese lugar donde abrimos la tierra para darle de comer, sea especial, y nos recuerde siempre que renovamos nuestro compromiso de cuida a la Pacha. No tirarle tanta agua ese lugar, o plantarle algunas florcitas para adornarlo.

La forma que se está adoptando últimamente, es ofrendar los alimentos en su estado natural, como por ejemplo, dos mazorcas, dos papas, maní crudo, dos manzanas, pasas de uva, vinito patero, agua mineral o de manantial mezclada con una molienda de maíz blandita, etc.

Y cuando una deja la ofrenda no hay que tirarla, porque en ese momento en que uno está ofrendando se debe entregar con las manos juntas y extendidas hacia la tierra. Y la bajada de la ofrenda a la tierra es suave, es una entrega sentida.

 

¿Es cierto que las bebidas elaboradas tampoco debieran ser parte de la ofrenda?

En el norte siempre se pone alcohol, pero por ejemplo un vinito patero, tiene la esencia de la ofenda, porque el alcohol que es una sustancia fuerte, también es necesaria para una ceremonia. Personalmente entiendo que con un vino patero es suficiente. Lo mismo que me parece que tanta abundancia tampoco es recomendable. No sé si a la Pachamama le gustará degustar tanto y tan entreverado.

Para mí es bueno también que todo quede ordenado en la boca de la Pacha, con ollitas de barro, etc.

Estamos a tiempo de encontrar nuevamente la esencia.

 

¿Y cuándo es más recomendable hacer esta ceremonia? Se dice que durante todo el mes de agosto, ¿pero hay algún momento más adecuado?

En agosto abrimos la tierra, y durante todo el año se puede seguir haciendo chayadas (sin abrir el corazón de la tierra). Lo que hacemos en agosto es “corpachar”, que quiere decir “dar” a la tierra. Y puede ser en todo el mes, pero es recomendable elegir el cuarto creciente, siempre y cuando uno tenga el tiempo y la predisposición para hacerla con tranquilidad, sin andar corriendo. En Cuarto creciente, la posición de la luna es muy positiva para emprender, y que todo lo que uno quiera realizar salga bien, por las energías de esa luna.

 

 

 

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