23 abril, 2024

Otro abril sin Galeano

 

 

por Marcos Chávez

El trece de abril pasado , se cumplieron cinco años desde la muerte de Eduardo Galeano .

El escritor urugayo es y será recordado por obras notables como: «El libro de los abrazos», «Patas arriba», «Memoria del fuego» «Espejos » y otros tantos escritos consultados y siempre importantes.

Pero, personalmente y no solo para mi, la obra más inquietante y transcendental de Galeano es «Las venas abiertas de América Latina». Este trabajo desafiante y cuestionador va más allá de lo meramente histórico o descriptivo, se erige como una irrupción dentro de la literatura tradicional respecto de nuestro continente. Además de la historia económica, «Las venas abiertas…» muestra los rostros de una América profunda: esa que con piel cobriza se desangró cavando y sacando la plata del cerro de Potosí. Ese continente de gesto aindiado entregado a la explotación de los imperios de Europa , fue retratado cabalmente por la pluma de Galeano.

¿Acaso el suelo indoamericano logró su verdadera libertad? ¿Acaso no deambulan por las grandes ciudades los ojos campesinos buscando ver un mejor vivir? ¿Por qué hay países desarrollados y otros que no se logran desarrollar? ¿Por qué hay naciones pobres y naciones ricas?  Si bien uno no puede encontrar todas las respuestas en una sola obra o en un solo autor, podríamos sí decir que el libro y el escritor que hoy citamos, dibujan una fisonomía certera sobre la construcción y el lugar que nuestro suelo ocupa en el mundo y sobre nosotros mismos también.

Es por eso que en este abril atípico la ausencia de este pensador uruguayo se hace presencia, no sólo para imaginar cómo hubiera analizado él todo este tiempo desfigurado y raro que hoy vivimos, sino también como oportunidad para leer o releer su obra. Sé que esta recomendación que hago puede ser claramente repetida o poco original , pero siempre recuerdo que el tiempo es como una pared que al levantarse va dejando ladrillos abajo y que a cada rato están naciendo gentes nuevas y nuevos lectores que se asoman al umbral.

Abril ya ha pasado su mitad, pueblos enteros se guardan tras las ventanas de sus casas y la palabra vuelve a ser el vínculo más preciado en tiempos de distanciamiento.
Nos tocó hoy evocar a un uruguayo que era de todos, así vendrán más hombres y mujeres de nuestras latitudes con sus realidades, sus pasados, sus quimeras y sus paisajes.

 

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